domingo, 13 de diciembre de 2015

Travesía Vallina-Nospotentra

Día de la actividad: 28 de noviembre de 2015

Apurando el año espeleológico decidimos realizar de nuevo esta travesía, con los socios más veteranos de Espeleo-Romeros que ya la conocían, aunque eran muchos los años que habían pasado y por tanto de interés para todos los asistentes a esta actividad. 

Las coordenadas introducidas en el GPS y la ayuda informativa de un par de lugareños que encontramos entregados a sus quehaceres ganaderos, nos llevaron a la boca de Vallina casi del tirón y en poco tiempo. Está cerca de una pista, hay un hito que señala la senda de bajada a la boca y es fácil seguir la traza del sendero que allí te lleva.

Boca de entrada a Vallina, fácil de encontrar

La boca de entrada es amplia, iniciándose la cueva con una corta galería descendente que al poco y en su fondo, se convierte en una gatera que puede estar parcialmente sifonada. Allí mismo hay un bidón abierto y un par de esponjas para las labores de achique, por si ello fuera necesario.

Nosotros nos la encontramos llena de agua, coincidió una semana lluviosa y un hilillo pequeño pero continuo de agua la estaba alimentando, a ritmo superior al de nuestra capacidad de vaciado. Por tanto, hubo que trabajar en equipo y hacer un desvío provisional del agua que se escurría gatera adentro.

Convertidos en espeleoingenieros, tres se metieron dentro de la gatera a achicar con el bidón y una de las esponjas, en cadena humana, vaciando el agua del sifón. Los de fuera nos organizamos en tres tareas: hacer y recrecer un dique para desviar el agua a una charca aledaña; vaciar constantemente con la otra esponja el vaso más pequeño de uno de los charcos de contención, llevando el agua a la charca más grande; y aportar materiales de préstamo (una arcilla arenosa estupenda de un lateral de la boca de la cueva), para la construcción y recrecido de los diques.



Achique de la gatera sifonada, con paciencia y tesón

Tras cerca de una hora de trabajo sin descanso conseguimos secar la gatera, con tiempo suficiente para pasar los 6 e irnos esperando en la cabecera del primer pozo. Cuando llegó el último detrás de él vino el agua, que volvió a inundar la gatera mientras esperábamos para ir bajando el primer pozo, que se encuentra tras superar la gatera en cuestión y un corto laminador.

La cabecera del pozo (p10) tiene un pasamanos montado de doble cuerda, pero llegados al pozo, hay que montar tu propia cuerda para descenderlo.

Cabecera del p10, montando la cuerda de bajada

Cabecera del p10, bajando con tranquilidad

Hay que decir que este pozo sencillo inspiró a nuestro compañero José Manuel a experimentar con sus cacharros de seguridad adicional, pero no funcionaron como se esperaba, lo cual se tradujo en que llegado a la base del pozo y como conclusión personal y colectiva, el aparato se fue al fondo de la saca para el resto de la cueva...

Bajada del p10

Bajado el pozo se llega a la galería Vallina, de grandes dimensiones. El suelo está en su inicio tapizado por un suelo arcilloso con marcadas huellas de retracción al secado, cuarteado en grandes placas pentagonales, lo cual pone de manifiesto la acumulación temporal de agua en épocas de lluvia.

El avance por la galería Vallina se hace por tramos cómodos y otros algo menos, en zonas a través de un caos de bloques que no tiene pérdida. Hay un sencillo destrepe con una cuerda de nudos y luego se sube por la derecha a lo alto de la galería, por una rampa fácil que te deja en un balcón con buenas perspectivas de la galería, tan buenas que nuestro compañero David cayó sin mayores consecuencias al suelo con la pierna encajada en un hueco en el que no reparó, por admirar y filmar las vistas de Vallina.

Sencillo destrepe por cuerda de nudos

Galería Vallina (zona de Sunday Stomps)

A partir de este punto la galería se ha bautizado como Sunday Stomps por los ingleses, y al final se llega a la zona Glitter Run, un ensanche con charcas tapizadas de brillantes concreciones y un sumidero, que se tragaba el agua que se descolgaba de unas finas chorreras que bajaban del techo por los laterales.


Luces y brillos en Glitter Run

Aquí caben dos opciones para avanzar, un pozo de 25m que se utiliza hoy día para bajar a la galería Chunnel o dos pozos de 12 y 18m respectivamente, que es la ruta utilizada actualmente para la travesía Nospotentra, continuando por la galería La Unió.

Como nuestro objetivo era continuar con la travesía seguimos tras la zona Glitter Run de frente, buscando la cabecera del primero de los pozos, el p12, que en realidad lo separa del siguiente (p18) una simple repisa.

La cabecera del primero de los pozos tiene un pasamanos de acercamiento y una posterior bajada vertical, ambas instaladas. La segunda cuerda llega justa a una repisa cómoda, que con un corto pasamanos, te sitúa en la cabecera del segundo pozo de bajada, con una cuerda que en su tramo final volado chicleaba bastante.

Cabecera de p12, preparados para bajar

Cabecera de p12 bajando

Cabecera de p18
Bajando el p18

A partir de este punto continuamos por la galería La Unió, que te obliga en zonas a agacharte y ladearte, aunque no se hace estrecha en ningún punto.

Arranque de la galería La Unió bajado ya el p18

Galería La Unió

Finalmente pasamos bajo un enorme bloque desprendido y atascado casi en el fondo de la galería, tras el cual bajamos por una rampa arenosa. A la derecha de esta agradable playa inclinada está la cabecera del último pozo de la travesía (p13), a la que se accede tras una corta trepada.

Este último pozo no tiene cuerda puesta, si hay un desviador preparado que te obliga a rotar la posición de bajada.

Bajando el último pozo (p13), en la zona del desviador

Llegados todos a la base del mismo, nos liberamos de los aparatos y nos alimentamos con picoteos varios, alguno más hambriento incluso echó abajo una lata de puerca (magro de cerdo).

A partir de este punto hay que andar pendiente de las balizas buscando la salida por Nospotentra. Comenzaron a aparecer formaciones más interesantes y más bonitas, laminadores de fácil avance.


Formaciones en la zona final, cercana a la salida Nospotentra

Finalmente llegamos a la salida Nospotentra, una gatera vertical abierta de forma artificial, estrecha pero fácil de pasar.

Emboquillando la salida por la gatera artificial Nospotentra

Salimos con luz, lo cual ayudó ya que hay que subir ladera arriba por una zona vegetada y sin una única senda. El GPS nos fue llevando a las coordenadas del coche, de forma que en poco rato llegamos a podernos cambiar y a casita, a por los merecidos premios que acompañan los finales de cueva.

Salida al exterior por Nospotentra, fin de la travesía

Texto y fotos por Lluis


jueves, 16 de julio de 2015

Cueva del Valle (Rasines, Cantabria)

Participantes: Diana, Quique y Lluis
Fecha de la actividad: 20 de junio de 2015

La cueva del Valle o Viejarrona según los lugareños es el lugar del nacimiento del río Silencio. Es una de las cuevas exploradas más largas del mundo, con diversas entradas y por tanto con distintas opciones de travesía. En este caso decidimos entrar por su gran boca de salida, remontando el trazado del río Silencio y volviendo a salir de nuevo por la misma boca.

Entrada de la cueva, surgencia del río Silencio

El estiaje facilitó el recorrido con mojaduras puntuales controladas, soportables aún no llevando neopreno, lo cual hicieron del recorrido una agradable actividad, pudiendo saborear sin sufrimientos la cavidad visitada.

Desde la entrada fuimos remontando el curso por el propio río subterráneo, descansamos un rato en La Playa, una zona arenosa apropiada para echarse un rato en la arena, luego avanzamos por la Galería Cómoda que hace honor a su nombre, pasamos después por El Sahara y llegando a los laminadores, dimos la vuelta. Era suficiente por la hora que ya era.

El recorrido hecho fue asequible y entretenido. Nada más entrar tocó meterse en agua, para pasar un tramo anegado con calado escaso, de ese que casi llega pero no a esas zonas del cuerpo que acusan con mayor sufrimiento y temor el frío del agua.

Cruzando zonas inundadas con habilidad para no mojarse más de lo necesario

Pronto tuvimos que ascender una rampa con una cuerda cómoda si bajas, menos clara si subes, ya que la señalización está prevista para las salidas de las distintas travesías. Luego y visto de cerca el paso era sencillo, había que encajarse por un ventano que hay a la izquierda de una columna, en la que se abraza la cuerda que sube.

Ascenso de pequeña rampa

A partir de ahí el recorrido es variado, hay mucho bloque que obliga a ir sorteando el paso y buscando la mejor forma de hacerlo, sin opción a perderse ya que vas siguiendo la galería, pero con la incomodidad de tener que ir rastreando la mejor forma de avanzar. El río no es visible siempre, aparece y desparece a modo de Guadiana subterráneo, a veces lo oyes, otras se lo traga un sumidero oscuro, reaparece mediante surgencias interiores y otras avanzas por su lecho meandriforme, chapoteando en el agua. Estas son las zonas más agradables y más reconfortantes de esta parte de la cueva.

Tramo de andar por el río Silencio

Descanso en La Playa

Vaya, vaya, aquí hay playa

Paseo por el río Silencio

En otros lugares, el recorrido abandona la comodidad y se deshace en estrecheces y laminadores, ninguno agobiante pero en ocasiones un poco laberínticos, que obligan a tantear alternativas a veces fallidas, ya que los hitos, como ya se ha dicho, no están puestos para ser vistos en este sentido. Encontramos también alguna cuerda de nudos, pero en general todo sencillo.

Cuerda de nudos sencilla, para no resbalar

La salida en cambio fue mucho más rápida y facilona, ya que los hitos o señales se veían con facilidad, a veces de dos en dos incluso.

TEXTO Y FOTOS DE LLUIS


domingo, 14 de junio de 2015

Cueva de La Bruja

Participantes: Diana, Yolanda, David, Quique y Luis
Fecha de la actividad: 30 de mayo de 2015

Decidimos en mayo acercarnos a la cueva de La Bruja, no era la primera vez sin embargo, sólo uno de los socios del grupo que íbamos había estado ya en otra ocasión, de modo que para el resto era una cueva nueva, cercana a Madrid, sencilla y de obligada visita por las facilidades que conlleva el corto desplazamiento al lugar, si bien es pequeña, está poco concrecionada y se ve en poco rato.

Se localiza entre Valdepeñas de la Sierra y Alpedrete de la Sierra (Guadalajara), en una zona que estando cercana a Madrid permanece relativamente olvidada e ignorada por los madrileños. El acceso a la boca es sencillo, se llega desde Alpedrete de la Sierra siguiendo una pista que sube a un cerro en el que se erigen las antenas de telefonía de la localidad, luego hay que bajar un poco por la ladera hasta encontrar agazapada y de espaldas a la vista, su pequeña boca de entrada.

Boca de entrada a la cueva

La cueva se divide en tres niveles descendentes, ya que toda la estructura está determinada por el buzamiento de las capas calizas, de unos 40 a 45º, de modo que los tres pisos se desarrollan a favor de este condicionante geoestructural por el que ha progresado la karstificación que ha generado la cueva.

Hay dos formas de verla, utilizando cuerda (30m) y bajando por una rampa que desde el nivel superior permite llegar al segundo y luego al tercer piso, o a través de pasos más vericuéticos que van conectando también del piso primero al segundo y/o al tercero. En cualquiera de los casos, la cueva en su fondo está conectada, por lo que también puede hacerse un circuito circular con bajada por la rampa y vuelta por los distintos niveles hasta salir por el nivel superior, o viceversa... si hay cuerda para subir.

La entrada estrecha pero corta te lleva a la Sala Grande en el Primer Piso. Por la derecha fuimos bajando y contorneando dicha sala hasta llegar a la rampa descendente de conexión con los niveles inferiores. Para bajar esta rampa se requiere cuerda como mínimo, otra cosa es enganchar los aparatos, no son imprescindibles y se puede descender agarrado a la cuerda a brazo. 

Columna de amarre de la cuerda en cabecera de la rampa.
Hay otras columnas más abajo para fraccionar la cuerda.
Sala Grande

Nosotros decidimos regresarnos sala arriba para encontrar cerca del vestíbulo de entrada una gatera que te lleva al Altar, una piedra plana en forma de mesa que tiene bien merecido este nombre. Ahí tienes dos posibilidades, bajar directamente al Tercer Nivel por una gatera estrecha o descender al Segundo Nivel por un paso más cómodo, poco antes del Altar. 

Decidimos hacer lo segundo, bajando a través del Túnel Triangular. Los murciélagos revoloteaban de vez en cuando sobre nuestras cabezas, en rápidos y precisos vuelos que apenas permitían verlos a veces.

Llegados a la parte más baja de este nivel accedimos al fondo de la cueva echando una cuerda y bajando a pulso por el final de la rampa principal. Allí pudimos observar algunos espeleotemas, muchos cercenados y amputados por la codicia ignorante de gente sin conocimiento, sin escrúpulos, carente de respeto y sensibilidad al medio natural. No creemos que fueran las brujas, quizás sus cabrones...

Corral de los Fantasmillas en el Segundo Piso

Atando cuerda para bajar al Tercer Piso o fondo de la cueva

Bajando al fondo de la cueva

Desde el fondo se puede regresar por el Tercer Piso, a través de la Sala del Tesoro y de la Galería de los Bloques, nosotros por el contrario decidimos ascender a la Sala Grande por el paso "donde Jim se dejó el botón", en el Corral de los Fantasmas, a pulso el primero y con la ayuda de una cuerda los siguientes, aquellos que quisieron, que alguno prefirió traccionarse a brazo y pierna ignorando la cuerda y el botón de Jim. 

Subiendo el paso "donde Jim se dejó el botón"

Desde allí y por la Sala Grande fuimos subiendo camino de la salida de la cueva, para llegar a Valdepeñas de la Sierra a tiempo de saborear unas cervezas fresquitas en la plaza del pueblo antes de comer.

Saliendo por la Sala Grande

Salida exitosa. Ahora unas cervecitas...


Fotos y texto de Luis

Si quieres ver un video hecho por David, pincha este enlace
https://youtu.be/vJeUL-oak8c


viernes, 15 de mayo de 2015

Coventosa

Fecha de la actividad: 18 de abril
Participantes: Diana, Yolanda, Quique, José Manuel, José Luis, David, Miguel y Lluis

Tras el chasco de Calleja-Rebollo pusimos rumbo a Coventosa, cueva repetidas veces visitada por ADER pero que no deja de ser una de las catedrales de la espeleología cántabra, un clásico digno de ser conocido por los socios que aún no habían estado.

El acceso a la cueva es sencillo, cercano y cómodo. Bastante tiempo y energía habíamos perdido anteriormente, por lo que era la cueva perfecta para llevarnos un buen recuerdo del fin de semana en Cantabria y enderezar el fracaso de Calleja-Rebollo.

La boca de entrada es amplia y llegar a la primara rampa descendente es fácil, no entraña dificultad alguna. Ya allí es necesario bajar con aparatos, hay una escala permanente pero mejor es echar una cuerda para superar este desnivel con seguridad y mayor comodidad.

Boca de entrada a Coventosa, preparados y con alegría

Rampa descendente inicial. Miguel en plena bajada, tanteando el camino

Turno de Diana, bajando la misma rampa

Bajado este primer obstáculo nos dirigimos a la Sala de los Fantasmas, a la izquierda, lo cual conlleva un descenso progresivo hasta llegar a un gran espacio repleto de formaciones que, más que miedo, inducen un efecto balsámico, de admiración, disfrutamos contemplando un bosque de estalagmitas grandes, blanquecinas, con aspecto realmente fantasmagórico. La belleza de esta sala bien merece la fama de esta cueva, y el buen estado de conservación en general sorprende, dado lo fácil que es acceder a esta sala. Rogamos sigamos todos preservando la belleza y conservación de este lugar.

Sala de los Fantasmas

Sala de los Fantasmas. Virgen con niño observada por Lluis

Grupo en la Sala de los Fantasmas, cerca del final

Sala de los Fantasmas

La imaginación se recrea con facilidad buscando paralelismos entre los espeleotemas y las Vírgenes con niños, los pulpos, las medusas... y tantas otras clásicas asociaciones morfológicas con personas, animales y objetos. 

Sala de los Fantasmas. Quique hacia el lago final
Sala de los Fantasmas

La ruta sigue descendiendo entre decenas de formaciones, además de los numerosos espectros que dan nombre a la sala. Al final la zona termina en una zona inundada con un pequeño lago que incrementa aún más la belleza con los reflejos de las formaciones existentes.

Lago al final de la Sala de los Fantasmas

Lago en la sala de los Fantasmas

Llegados a este punto, algunos alimentaron también las necesidades del cuerpo con un ligero y breve picoteo restaurador.

Retomamos el camino de regreso para dirigirnos y acercarnos hacia El Gran Cañón, puente de conexión con la Sima de Cueto... de haber tenido tiempo, que no era nuestro caso.

Nuestro objetivo era llegar al menos a Los Gours, para lo cual hay que llegarse a la Sala Declive, una gatera descendente que acaba transformándose en una rampa fácil y hasta divertida de bajar. Superada ésta, hay que sortear un par de pasamanos, el primero de ellos instalado con cable de acero y el segundo algo más complicado, con algún pequeño resalteo que te lleva hasta el primero de los lagos o Gours.

Gatera inicial del descenso Declive. José Manuel tomando posiciones para dejarse escurrir

Bajando por el descenso Declive, poco antes de poder levantar cabeza

Pasamanos inicial hacia Los Gours, con cable de acero

Yolanda bajando resalte tras el segundo pasamanos. ya se escucha el río

Allí coincidimos con otro grupo pequeño con el que compartimos la belleza de aquel lugar, que no es más que una poza inundada que marca el nivel freático de la cueva. El agua es de un bello color turquesa, con apetitosa y traicionera invitación a un baño gélido para quien pique. De fondo se escucha claramente el río que se dirige a través del Gran Cañón a los tres lagos de la travesía con la sima Cueto.

Primer pequeño lago, de gran belleza

Los Gours, primer pequeño lago bajo la atenta mirada de Miguel. ¿Un bañito?

Llegados a este punto, algunos continuaron poco más río abajo hasta llegar a otra zona que hacía impracticable el avance sin mojarse, para lo que no veníamos preparados. Dimos entonces marcha atrás deshaciendo el camino hasta salir contentos y satisfechos de haber reconducido el día, que empezó con intenciones bien distintas en lo que a la cueva se refiere.

David subiendo el Declive, camino de la salida de Coventosa

Rampa de salida, por la cuerda... mejor que por la escala.

Salida de la cueva Coventosa

Si quieres ver unos vídeos de la actividad, pincha en los siguientes enlaces:

https://youtu.be/tJw6aKem_1M (vídeo y montaje de Miguel)

https://www.youtube.com/watch?v=TfACmWq5A_Q&feature=youtu.be (vídeo y montaje de José Manuel)


Texto y fotos: Lluis