lunes, 17 de noviembre de 2014

Cueva de las Paules

Participantes: Diana, Quique y Luis

El pasado 11 de octubre vistamos, tras los pertinentes trámites para la obtención del permiso obligatorio, la cueva de Las Paules, en el Monumento Natural Monte Santiago, término de Berberana (Burgos). 

Esta cueva se localiza en un interesante espacio natural, lo cual dio a la excursión el valor añadido que conlleva pasear bajo un hayedo añoso salpicado de dolinas, con curiosos pavimentos calcáreos cuarteados en losas cuadrangulares, a modo de solados naturales. O contemplar lo efímero de los cauces en zonas kársticas, con un arroyo que nace en la surgencia Santiago y desaparece casi de inmediato por un sumidero que se lo engulle íntegramente, retornándolo sin opciones al subsuelo.

Dolinas en el bosque de hayas del Monte Santiago


Además de observar la karstología del lugar, merece también la pena asomarse al mirador del Salto del Nervión o contemplar los restos de las loberas, que recuerda la hostilidad con que se trató a estos animales otrora. 

La cueva en sí no presenta dificultades ni demasiadas posibilidades, es de corto recorrido y salvo la primera parte de la galería principal, es de naturaleza estrecha, con gateras que van a ninguna parte, que se hunden en el freático o que se comunican generando caminos alternativos para los amantes del sufrimiento. En lo que se refiere a formaciones, es simplemente parca.

Ejemplo de gatera

Sin embargo es llamativa su estructura, con numerosos quiebros en ángulo recto fruto de las componentes ortogonales de la fracturación principal, que condicionan de forma muy marcada el desarrollo de la karstificación generada en el macizo margocalcáreo.

La boca de acceso en una torca con rampa descendente, llena de hojas y barrillo. Por comodidad decidimos echar una cuerda sin que ello sea imprescindible ni para bajar ni para subir. Una vez dentro progresamos por la galería principal, observando numerosas gotas de agua bien gorditas adheridas al techo, que daban bonitos brillos al techo rocoso.

Boca de acceso a la cueva

Gotas de agua y diaclasado ortogonal en el techo de la galería principal

Brillos en el techo de la galería principal

Seguimos la galería principal hasta una ramificación ciega al Norte, que hizo del avance un viaje de ida y vuelta. Recuperada la galería principal, a partir de ahí se estrechó hasta que llegamos a la sima VIII, fin de viaje ya que la cueva acaba sifonándose poco más allá.


Salida de la cueva


Texto y fotos de Luis.


martes, 16 de septiembre de 2014

Cueva Cañuela


Participantes: Quique, Alfonso, Diana y Lluis

El pasado día 30 de agosto visitamos la galería oeste de Cañuela, un recorrido apto para los menos expertos, llamativo por las dimensiones del ramal desde su boca hasta el final, que la hace ideal para aquellos que quieren ir con la cabeza bien erguida y detestan las estrecheces.

Llegar a la boca conlleva el esfuerzo de subir ladera arriba y acertar con la canal que constituye la vía de acceso, no dar con ella se traduce en no entrar. Desde la carretera en Bustablado subimos por un camino que cruza un puente y acaba después de bastante ascender en unos prados. Allí comenzamos a subir hacia un farallón calcáreo, sin embargo andábamos errados, de lo cual nos advirtió a grito pelado y desde la carretera una muchacha pastora que en los coches nos había indicado la posición de la cueva. Gracias a su amabilidad y a la potencia de su voz acostumbrada a manejar ganado montañés, nos redirigió hacia la canal atravesando un bosque frondoso. 

Cuando dimos con la canal experimentamos una liberación instantánea del calor de la subida. Un chorro de aire frío descendía por el valle indicando la ruta de ascenso a la boca de la cueva. Subimos por su fuerte pendiente y alcanzamos la entrada, triangular, grande y con neblina interior, por el contraste térmico con el exterior.

Listos para entrar en Cañuela

Entrada a Cañuela

Boca de entrada desde dentro

Puestos los aparatos entramos, ya que en breve nos encontramos con un pasamanos, relativamente largo pero muy cómodo, que sirve para rodear por su izquierda un pozo de unos 12 m.

Pasamanos del P-12
Pasamanos P-12

Superado el paso el camino continua sorteando y saltando bloques de todos los tamaños y antigüedades, algunos con aristas limpias y cortantes que indican haberse caído en tiempos recientes o muy recientes. La galería presenta escasas o ninguna formación, una colada de vez en cuando, alguna estalactita pequeña y poco más.

Posteriormente se llega al pozo del Arca, en el que cuerda arriba se accede al gran desarrollo meridional de Cañuela, sin embargo, nuestros planes eran continuar cañón oeste hasta el final y así lo hicimos. El camino se hizo más húmedo, empezaron a aparecer charcos, goteos y babeos de agua por las paredes. Pequeños destrepes, algún resaltillo y mucho bloque. Las formaciones fueron en aumento, tanto en tamaño como en cantidad, sin llegar a ser nada del otro jueves. La parte interesante en cuanto a formaciones está en la otra parte de la cueva.

Grupo de estalactitas y formaciones en coliflor

Formaciones estalactíticas

Colada de grandes dimensiones

Finalmente llegamos al final, el Belén, lugar así llamado por la presencia de un Nacimiento de figuritas de plástico y arcilla llevadas allí dentro por entusiastas de la Navidad. 

El Portal de Belén

En esta zona hay alguna columna grande, de hecho hay dos bien hermosas y unas cuantas estalactitas y alguna bandera, parcialmente rotas en zonas.


Bonita columna en El Belén
Columnas en la sala del Belén

Tras un descanso en el Belén deshicimos la ruta por el mismo camino, saliendo de la cueva sobre las tres de la tarde.

Camino a la boca de salida
Caminando hacia la salida
Boca triangular de Cañuela

TEXTO y FOTOS: Lluis


sábado, 31 de mayo de 2014

CELEBRACIÓN 20 ANIVERSARIO DE ESPELEO-ROMEROS

Y como no hay evento que no merezca celebrarse y mucho menos un aniversario de esta importancia, el pasado 24 de mayo A.D.E.R repartió entre sus socios unas camisetas conmemorativas de los 20 años de existencia de la agrupación. 

Imagen conmemorativa del evento

De los socios actuales, merecen mención especial dos de los fundadores que aún permanecen en A.D.E.R, actuales Secretario y Vicepresidente, y que aparecen visiblemente satisfechos como muestra la fotografía.


["...si me dicen hace 20 años, cof-cof, cuando fundamos la agrupación, que íbamos a celebrar 20 años después este aniversario, no me lo hubiese creído...]. 

Como contraste, otra foto en la que posan orgullosos con la última y más joven socia de A.D.E.R, vocal de la agrupación.


Un magnífico día de celebración y recuerdo a lo que han sido 20 años dedicados a la espeleología, a la aventura y al compañerismo, en un grupo por el que han pasado socios varios y a los que también dedicamos un cariñoso saludo en este aniversario.

Junta Directiva de ADER y uno de los más veteranos socios




domingo, 11 de mayo de 2014

Cueva Solín


Participantes: Quique, Diana y Luis

Espeleorromeros bajó en mayo a Murcia a visitar la cueva del Solín, que si bien como cueva es relativamente pequeña y estrecha, como visita es gratificante, ya que esconde espeleotemas abundantes y dignos de admirarse con el mayor respeto y cuidado que exista. Se trata de formaciones extremadamente bellas y extremadamente frágiles, duele ver zonas en las que algún o algunos depredadores de la especie asinus han roto a golpe de maza estalactitas y banderas cual absurdo trofeo cinegético.   

[Desde espeleorromeros pedimos encarecidamente a estos cenutrios, si es que tienen aún conciencia, que sigan absorbiendo tele los domingos en lugar de ir al saqueo de tesoros naturales como estos].

Nuestro objetivo era llegar a la zona denominada Atlántida, la más interesante de la cueva por las formaciones allí existentes.

El acceso a la cueva es sencillo, desde Las Casicas (Fortuna) hay que seguir por una pista que luego se hace terrera, hasta encontrar un camino que te lleva ya a pie por unos bancales de almendros primero y por una senda ascendente a la boca después. La cueva se localiza al pie de un farallón calcáreo que ya desde lejos se ve oqueroso por la karstificación que presenta.

Iniciamos el recorrido por una gatera polvorienta al principio y por otros pasos más o menos cómodos que nos llevaron a la Sala de la Reunión, zona en la que había vestigios de reuniones como su nombre indica aunque algunas más íntimas, evidenciadas por velas consumidas del Ikea. También había un cordel guía aunque discontinuo para facilitar la llegada a esa sala. 

De la Sala de la Reunión fuimos avanzando por gateras y pequeñas galerías, una rampita con cuerda y otros pasos hasta llegar a una sala más amplia, la Sala del Descanso, en la que hay que buscar en su final una gatera junto a unas estalactitas y una bandera vandalizada por los mencionados pollinos robatesoros.

El siguiente paso singular es la gatera de la Sonrisa Vertical, que no es vertical sino inclinada a 45º y que genera la típica sonrisa buscando el parecido con la otra, con la vertical de verdad. Es un paso corto y sencillo que hay que pasar de lado para poder encajar las caderas en el mismo ángulo de la Sonrisa.

A continuación se llega al primer plato interesante de la cueva, la Sala de los Cristales. Son unas cavidades bajas y pequeñas pero repletas en su techo y paredes de estalactitas blanquecinas, finas, algunas son macarrones. Están pobladas también por un buen número de excéntricas que lanzan prolongaciones en todas las direcciones del espacio, con formas múltiples en pelillos, macarroncillos, cuchillos con dientes de sierra, etc.

Tras el detenido disfrute con estas formaciones, continuamos hacia el Paso de las Tortugas, antes de llegar allí el trayecto es variado y en general estrecho aunque relativamente cómodo. En cambio el Paso de las Tortugas es una gatera de unos 10 m y el tránsito es más incómodo, ya que a la estrechez y longitud de la gatera se une que el suelo estás lleno de bultos redondeados y duros a modo de caparazones de tortuga, que se te van clavando durante la necesaria reptación.

Una vez pasada la zona más estrecha se sube por una resbaladiza rampa auxiliándote de una cuerda de nudos y se llega ahora si al plato fuerte del Solín, la Sala de las Concreciones y de las Excéntricas. En realidad las formaciones allí visibles son similares a la de la Sala de los Cristales, pero más abundantes, más grandes y más extensas. 

En zonas lo que allí hay es un bosque de estalactitas, estalagmitas, macarrones y columnas tapizadas por mantos de excéntricas, que caóticamente lanzan sus pinchos y tentáculos en todas direcciones, haciendo del conjunto un bello lío de líneas de calcita blanquecina y traslúcida.

Observamos que el crecimiento de estos espeleotemas tiene dos fases, una inicial en la que se extiende pegada a la roca un manto de calcita a modo de tapiz y una posterior en la que empiezan a crecer y a descolgarse desde esa base el resto de las formaciones.

Por desgracia en esta zona también observamos la huella de los saqueadores, aunque con menor intensidad por la dificultad en el acceso hasta allí.

El regreso lo hicimos por el mismo camino hasta la boca de la cueva. En el exterior pudimos comprobar que estábamos rebozados en arena como croquetas, el último tramo seco y polvoriento nos había dejado un estupendo rebozo adherido a la ropa húmeda y embarrada en la zona interior de la cueva.

Texto y fotos de Luis

Boca de entrada

Pequeña rampa camino de la Sala del Descanso

Bajando tras la gatera existente al final de la Sala del Descanso

Sala de los Cristales

Sala de los Cristales

Sala de Los Cristales

Sala de los Cristales

Sala de las Concreciones

Sala de las Concreciones

Sala de las Concreciones

Sala de las Concreciones

Paso de las Tortugas, volviendo

Paso de la Sonrisa Vertical en el camino de salida

Bajando rampita en el camino de salida

Salida de la cueva rebozados


domingo, 6 de abril de 2014

Cueva Llueva (Cueva del Coverón)

Participantes: Miguel, José Manuel, José Luis, Quique, Diana y Luis

Iniciamos el año espeleológico con una cueva que habíamos hecho el año pasado, repitiendo ruta, por lo que para detalles véase la crónica escrita en su día.

Repetir... ¿por qué?. Decidimos que esta cueva merece una segunda visita, el premio está al final y vale la pena: unos macarrones larguísimos y espectaculares, además de otros espeleotemas curiosos. Para llegar hasta allí hay que avanzar y superar un conjunto de variopintas dificultades, todas ellas relativamente sencillas o medio sencillas, que hacen que esta cueva sea interesante y activa en todo su recorrido. Según y como puede resultar larga, en particular para aquellos subidos en kilos o bajados en forma.

La entrada ya es un lugar de por si especial. Tras un poco marcado sendero por un denso y tenebroso bosque se llega a una gran visera integrada por estratos calcáreos subhorizontales, de los que se descuelgan largas lianas. La pena es que unas docenas de viejos neumáticos arrojados por algún cerdo antropomórfico restan magia al lugar.

Boca de entrada a la cueva Llueva.
Una vez dentro comienzan las estrecheces muy pronto, avanzando en buena parte del recorrido en postura cuadrúpeda o reptiliana, hasta llegar a una gatera sopladora que nace del mismo suelo de la galería que hasta allí te lleva. El agujero en cuestión es llamativo, alguno dijo que le recordaba un water turco...y no le faltó razón. El paso se supera relativamente bien aunque los claustrofóbicos pueden no conseguirlo. Lo mejor es avanzar con los pies por delante y no pensar demasiado.

Gatera sopladora.

Tras este paso se llega a la cabecera de un pozo volado de 10 m. Como en el grupo había alguna socia novata, Miguel montó en paralelo una segunda cuerda para apoyarla en el fraccionamiento que había que hacer al inicio del tramo volado, algo incómodo puesto que para desanclarte necesitas auxiliarte del puño.

Cabecera del pozo volado.

Apoyo técnico a la novata.
Bajado el pozo se continua avanzando, se llega al río y se pasa por diversos pasos que hay que superar con más o menos destreza: desfondamientos, caos de bloques, resaltes, una zona laberíntica, algunas gateras, un barrizal... casi de todo un poco.

Subiendo un resalte.

Poco a poco van apareciendo mejores formaciones. La roca caliza es en zonas bastante margosa, de hecho, en algún sitio alguno se quedó con un trozo de margocaliza en la mano al utilizarla como asidero. En alguna galería se observa bien como esta caliza margosa, más erosionable, es la que se ha ido desprendiendo del techo dando lugar a la generación de la propia galería kárstica.

Curioso túnel.

Por fin y tras avanzar por una cómoda y gran galería se llega a la parte más bella de la cueva: una sala de gran tamaño bautizada por los ingleses como "The Edge of Darkness". Y allí es donde están los famosos macarrones, además de otras bellezas y curiosidades geológicas.

Los macarrones son espectaculares. Largos y delgados se descuelgan del techo en un alarde de persistencia, llama la atención como algo que podría ser destruido con un potente estornudo se mantiene intacto pese a su extrema fragilidad.  

Había grupos de bonitas estalactitas y estalagmitas, blancas, rojizas, acaremeladas, de diversas formas, gordotas y finas, recubiertas en algunos casos por crecimientos cristalinos de calcita en macla diente de perro. También había cristales de yeso blanquecino.

Estuvimos recreándonos con todo aquello un buen rato. Las fotos siguientes muestran algún detalle de la belleza geológica escondida en esa sala.

Larguísimos macarrones alineados a lo largo de una fractura en el techo.

Algunos macarrones a su vez estaban en su punta engrosados por crecimientos de calcita.

Estalagmitas de calcita anaranjada.

Estalagmitas afantasmadas.

Detalle del engrosamiento final con cristales de calcita en los macarrones.

Estalactitas forradas de crecimientos cristalinos de calcita.

Conjunto estalactítico.
La salida por el mismo camino, con las ganas por salir y con el natural cansancio aunque la satisfacción de haber visto todo esto. 

Subiendo el pozo volado.


Saliendo del pozo volado.

Lo mismo, a desmontar las cuerdas que ya queda menos.

Salimos ya de noche, con lo cual el bosque se hizo más tenebroso aún. Una interesante experiencia, una cueva de las buenas.

Si quieres ver un vídeo de esta cueva hecho por José Manuel, pincha el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=xKaI794m4fk

Texto: Luis
Fotos: José Luis y Luis